Cuando se trata de hacer ejercicio, todos tenemos nuestra propia historia. No importa qué tipo de deporte te guste o cuál sea tu motivación: no te compares con los demás. Lo importante es sentirse bien física y mentalmente. Sin darnos cuenta, desperdiciamos mucha energía buscando excusas para no entrenar. ¿Pero no crees que a veces lo exageramos? Después de todo, no corremos un maratón todos los días ni nos preparamos para las olimpiadas. Algunos pueden entrenar muy duro, pero la mayoría de nosotros planeamos no más de 20 a 50 minutos durante algunos días a la semana.
Muchas personas comienzan rutinas de entrenamiento, pero lo dejan de hacer cuando se aburren, no les gusta o los resultados son demasiado lentos. A continuación 7 consejos que te ayudarán a mantenerte motivado.
- Establecer objetivos. Comienza con objetivos simples para alcanzar gradualmente objetivos más integrales. Recuerda que sean realistas y factibles. Si tus objetivos son demasiado ambiciosos, es fácil sentirse frustrado y darse por vencido.
Para la mayoría de los adultos, se recomienda hacer al menos 150 minutos de ejercicio aeróbico moderado o 75 minutos de ejercicio aeróbico vigoroso cada semana, o una combinación de ambos. Hacer más ejercicio proporcionará mayores beneficios. Intenta incorporar el entrenamiento de fuerza para todos los grupos musculares principales en el ejercicio diario o al menos dos veces por semana. - Disfruta. Encuentra un deporte o actividad que te guste, luego cambia tu rutina para mantenerlo interesante. Si no te gusta el ejercicio, puedes probar otros métodos. Puedes ir a clases de baile, hacer ejercicio en casa, o salir a caminar.
- Apunta los entrenamientos en tu calendario. Si te resulta difícil encontrar tiempo para hacer ejercicio, no pongas excusas. Programa el tiempo de ejercicio como otras actividades importantes. ¡ Planear las cosas de antemano ayuda mucho !
Los estudios han encontrado que incluso si haces la cantidad de ejercicio semanal recomendada, estar sentado durante largos períodos de tiempo puede tener un impacto negativo en tu salud. Si trabajas varias horas al día, intenta tomar descansos regulares durante el día para moverte, camina y bebe agua o ponte de pie durante una conversación telefónica o una videoconferencia. - Rodéate de motivación. También debes rodearte con personas que te hagan sentir capaz de lograr tus objetivos. Además, puedes escribir metas y frases motivacionales favoritas donde las veas a menudo. ¡Trabaja duro para crear un entorno estimulante para que no lo olvides cuando pierdas la motivación!
También te puede ayudar llevar un diario de ejercicios. Registra lo que hiciste durante cada sesión de ejercicio, la duración de éste y cómo te sentiste después. Registra esfuerzos y haz un seguimiento de tu progreso, ayúdate y trabaja en tus objetivos. - Une fuerzas con tus amigos. No estás solo en esto. Invita a amigos o compañeros de trabajo a que te acompañen cuando hagas ejercicio o salgas a caminar. Considéralo un plan con amigos, te resultará más divertido y motivador: el día que sientas pereza irás a entrenar para no fallar a tus compañeros y os animareis mútuamente.
- Recompénsate. Después de cada ejercicio, tómate unos minutos para saborear la buena sensación que te brinda el ejercicio. Este tipo de recompensa interna puede ayudarte a seguir haciendo ejercicio regularmente durante mucho tiempo.
- Flexibilidad. Si estás demasiado ocupado para hacer ejercicio o simplemente no quieres hacerlo, descansa uno o dos días. Si necesitas descansar, sé amable contigo mismo. Cada día es diferente: a veces sientes mucha energía y motivación y estás dispuesto a hacer todo lo posible. Sin embargo, otros días, nadie te sacará del sofá: ¡normalmente no siempre te gusta entrenar! No olvides que se trata del equilibrio entre la recuperación y el ejercicio, y de recordar por qué debes entrenar.
Referencias:
American Heart Association (sf). Staying Motivated.
