The Fit Room Gimnasio Tenerife

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una persona no es suficientemente activa cuando no cumple las recomendaciones de actividad física moderada sobre práctica de actividad física. Es decir, que se considera que una persona no es suficientemente activa cuando no cumple las recomendaciones propuestas por la OMS.

La inactividad física o “sedentarismo” incluye estar sentado durante los desplazamientos, en el lugar de trabajo, en el ambiente doméstico y durante el tiempo de ocio. Por tanto, el sedentarismo no significa lo mismo que “no ser lo suficientemente activo” y no puede ser considerado como la simple falta de cumplir las recomendaciones de actividad física propuestas por la OMS. Además, puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades cerebrovasculares y cardíacas coronarias, diabetes tipo 2, hipertensión, osteoporosis / fracturas, entre otros.

Por su parte, la actividad física conduce claramente a un aumento de la aptitud física, la capacidad de ejercicio y la reducción del riesgo de una amplia variedad de enfermedades patológicas y trastornos clínicos, además de una mayor esperanza de vida. Cabe destacar que la realización de la actividad física está influenciada tanto por las características individuales como por el entorno. Carriles para bicicletas, diseños de calles que reducen el tráfico y hacen que sea seguro cruzar, parques, gimnasios, todas estas características de la zona pueden marcar la diferencia en lo activos que somos. Además, el entorno social también cumple un papel primordial. Las familias y los compañeros de trabajo que brindan apoyo, por ejemplo, pueden facilitar que las personas se levanten y se muevan.

Además, los entornos físicos, económicos y sociales en los que las personas se mueven dentro de los contextos de su vida diaria han estado cambiando rápidamente, y particularmente desde la crisis sanitaria derivada por el COVID-19. Estos cambios —en las tecnologías de transporte, comunicaciones, lugar de trabajo y entretenimiento doméstico— se han asociado con una demanda significativamente reducida de actividad física, incrementando el riesgo de muchas enfermedades crónicas, como hipertensión, enfermedad coronaria, diabetes, depresión, entre otras.

En conclusión, la inactividad física y el exceso de sedentarismo se debe tratar como dos factores diferentes. Debido a que, no practicar ejercicio conlleva que no se obtengan los beneficios que se asocian a su práctica y, por otro, los efectos fisiológicos de la inactividad física sobre el organismo no la cara contraria los efectos positivos que ocasiona realizar ejercicio.

Referencias:
Department of Health and Human Services (sf). 2008 Physical Activity Guidelines for Americans.Washington, DC.

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